¿Qué hacer con los defectos de la persona amada?
Debemos poner las cualidades del otro, además de nuestros propios errores y pecados, en dos alforjas, adelante. Y los errores del otro, junto a nuestras cualidades, en las dos alforjas de atrás. Haciendo ésto, veremos siempre frente a nosotros sólo las calidades del otro y nuestros propios defectos.
Debemos poner las cualidades del otro, además de nuestros propios errores y pecados, en dos alforjas, adelante. Y los errores del otro, junto a nuestras cualidades, en las dos alforjas de atrás. Haciendo ésto, veremos siempre frente a nosotros sólo las calidades del otro y nuestros propios defectos. Detrás nuestro tendremos nuestras propias cualidades, porque no es bueno que las conozcamos tanto, junto a los defectos del otro. Ésto, para que procuremos antes sacarnos la viga de nuestro ojo y sólo después, la paja del ojo de nuestro prójimo. Si quieres hacer que tu amigo cambie, deberás utilizar una diplomacia muy complicada, porque semejante labor debe realizarse casi imperceptiblemente. Si se hace evidente, no se sabe cómo podría reaccionar el otro y talvez nada salga bien.
(Traducido de: Părintele Nicolae Tănase, Soț ideal, soție ideală, Editura Anastasis, 2001, p. 37)