Palabras de espiritualidad

¿Qué me impide ser humilde?

  • Foto: Benedict Both

    Foto: Benedict Both

Nosotros mismos somos nuestro propio obstáculo en el camino a la humildad. 

Nuestro stárets, el recordado arzobispo Serafín (Sobolev) nos contó el caso de un monje al que se le encomendó que cuidara los cerdos del monasterio. Sabía muchas cosas de la humildad, sí, pero no cómo obtenerla. Todo el tiempo suspiraba por ella, diciendo: "¡Yo ya sería un santo, pero esos cerdos me lo impiden!". ¡Creo que a todos nos causa gracia la ocurrencia de aquel monje? Pero ¿acaso nos damos cuenta de que casi todos nosotros pensamos como él?

Hay uno que se siente obstaculizado por los cerdos, otro por las vacas y las gallinas, otro porque lo pusieron a trabajar en la cocina del monasterio, otro dice que le afecta el mal carácter de los demás, a otro le parece que el egoísmo y las ofensas de los otros no lo dejan crecer en la virtud... Pero ¿acaso esos son obstáculos para la obtención de la humildad? ¡Sin duda, no! Todo lo que nos impide ser humildes se halla profundamente sembrado en nuestro interior, no en las circunstancias externas. Nosotros mismos somos nuestro propio obstáculo en el camino a la humildad. ¡No son los demás, somos nosotros mismos!

(Traducido de: Arhimandritul Serafim Alexiev, Viața duhovnicească a creștinului ortodox, traducere din limba bulgară de Valentin – Petre Lică,  ediția a II a, Editura Predania, București, 2010, pp. 59-60)