Le tengo miedo a mi padre espiritual. ¿Eso es bueno o es malo?

—En principio, no creo que sea algo necesariamente “malo” temerle a nuestro padre espiritual o a nuestro stárets. El temor de Dios es un don que nos protege. Y así tenemos que ver también el temor a nuestro padre espiritual o al stárets, como un don que nos protege. San Juan Clímaco dice que tenemos que aprender a vivir como si estuviéramos todo el tiempo en presencia de Dios y en presencia de nuestro padre espiritual, preguntándonos constantemente: “¿Está bien que haga esto?”, “¿Vale la pena decir esto que estoy pensando?”, “Si estuviera presente, ¿le agradaría a mi padre espiritual que hiciera o dijera esto?”.

(Traducido de: Arhimandritul Zaharia Zaharou, Merinde pentru monahi, Editura Nicodim Caligraful, Sfânta Mănăstire Putna, 2012, pp. 34-35)