Palabras de espiritualidad

¿Qué tienes contra tu hermano?

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

¿Qué problema tienes con él? Si pecó, lo hizo ante Dios, no ante ti. Luego, Dios lo juzgará, no tú. El rendirá cuentas de sus actos ante Dios, no frente a ti.

Te opones con maldad a tu semejante, a tu hermano, diciendo que es esto y aquello, un farsante, un malvado, un vanidoso, que ha hecho quién sabe qué cosas.

¿Qué problema tienes con él? Si pecó, lo hizo ante Dios, no ante ti. Luego, Dios lo juzgará, no tú. El rendirá cuentas de sus actos ante Dios, no frente a ti.

Sabes bien cuán pecador eres y el tamaño de la viga que hay en tu ojo, sabes bien lo difícil que te resulta hacer frente a los pecados y vencerlos, porque tú mismo los padeces, ya que te han atrapado en su red. De hecho, sabes que tú mismo necesitas la indulgencia de otros por tus faltas.

El hermano a quien juzgas y condenas es un hombre como tú. Sé indulgente con él, como con un hombre que está sometido por el pecado, al igual que tú. Ámalo como a ti mismo, recordando las palabras del Señor: “Esto os mando: amaos unos a otros” (Juan 15,17).

Y tal como oras al Señor para que te ayude a desenraizar las pasiones que te atacan, y que son difíciles de sanar, ora también por tu hermano, para que el Señor lo libre de la tentación y de la enfermedad del pecado, del peso de las pasiones y de la oscuridad.

Recordemos que tenemos un cuerpo sometido al pecado y que nuestros miembros están infectados, en mayor o menor medida, por el soplo de nuestro enemigo común, el demonio, y que, sin la Gracia Divina, somos incapaces de disipar ese hálito de muerte y oscuridad.

(Traducido de: Sfântul Ioan de Kronstadt, Viața mea în Hristos, Editura Sophia, 2005, p. 226)