¿Quieres obtener la humildad? Pídesela al Señor
La humildad interior no es otorgada sino solamente cuando el hombre medita y piensa en ella, al orar en soledad y silencio.
Debes saber, hermano, que la humildad es un poder que la lengua no puede describir y ninguna fuerza humana puede obtener, pero que es dada a quien se le otorga en oración, y recibida entre vigilias con peticiones y súplicas fervientes.
Si deseas alcanzar este don, escucha lo que dicen nuestros Padres: la humildad interior no es otorgada sino solamente cuando el hombre medita y piensa en ella, al orar en soledad y silencio.
Quien no tiene humildad, no la tiene porque no la ha pedido, y ni siquiera ha esforzado su alma para obtenerla. No tiene tampoco descanso, porque no ha velado en la puerta del Señor, pidiendo e implorando con lágrimas de dolor que se le conceda este don.
(Traducido de: Isaac Sirul, Cuvinte către singuratici, Partea II, Editura Deisis, 2007, p. 336-337)