¡Quisiera estar más cerca de Ti, Señor!
De cierta forma, no tiene ninguna importancia el hecho que haya infringido alguna norma, sino que haya vulnerado de forma terrible la unidad con el Amado y Único que nos ama.
Busca en el Evangelio los pasajes que te enciendan el corazón, aunque sea sólo por un instante; busca esos pasajes que te hagan sentir que tú y Cristo tienen el mismo sentimiento, los mismos pensamientos, que eres uno con Él.
Hay pasajes en los que podemos sentir que Sus pensamientos son los nuestros y que Sus sentimientos son los nuestros también, que somos uno con Él en aquel momento. Pero cuando nos damos cuenta que hemos dejado atrás aquel instante, que éramos uno con Cristo pero nos hemos alejado, es que hemos desperdiciado la poca santidad que había, probablemente, en nosotros. De cierta forma, no tiene ninguna importancia el hecho que hayamos infringido alguna norma, sino que hayamos vulnerado de forma terrible la unidad con el Amado y Único que nos ama.
Entonces, lo recomendable es que retomemos la lectura de aquellos párrafos y que nos veamos reflejados en ellos, sin buscar por qué y de qué somos culpables, sino reconocer la forma en que hemos abandonado la lealtad, la amistad y el amor que ya existían... porque con Cristo esa amistad no puede romperse, aunque nosotros renunciemos a ella.
(Traducido de: Mitropolitul Antonie de Suroj, Mai aproape de Hristos. Spovedania și iertarea, Editura Doxologia, Iași, 2014, pp. 122-123)