Reconociendo lo verdaderamente valioso e importante
Llegaremos a despreciar totalmente la gloria de este mundo, cuando seamos capaces de observar otra, pero mucho mayor, que es la gloria celestial.
¿Cómo podemos vencer las terribles pasiones del orgullo y la vanagloria? Poniendo una gloria mayor en el lugar de cualquier otra gloria terrenal. Muchas veces despreciamos alguna riqueza cuando nos hallamos frente a otra riqueza, quizás mayor. Incluso despreciamos nuestra propia vida, cuando nos damos cuenta de que hay otra, pero superior. Eso mismo ocurre con la gloria. Llegaremos a despreciar totalmente la gloria de este mundo, cuando seamos capaces de observar otra, pero mucho mayor, que es la gloria celestial. La gloria terrenal es solamente nombre y brillo, pero carece de contenido y duración en el tiempo. Es vacía y efímera. La gloria celestial, por su parte, es cierta e imperecedera. Las loas no son para el hombre, sino para los ángeles, los arcángeles y para nuestro Señor Jesucristo.
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Problemele vieții, Editura Egumenița, Galați, p. 36)