“Renuncia a ti mismo, y el enemigo se alejará de ti”
La fe libera la mente de la influencia de los sentidos y la apacigua con la ayuda del ayuno, los pensamientos dirigidos a Dios y las vigilias.
“Renuncia a ti mismo, y el enemigo se alejará de ti”. En la ascesis de la fe, al hombre se le pide actuar en conformidad con una paradoja que pareciera negar la razón: “Sé como un muerto en vida, y vivirás después de la muerte”.
Por medio de la fe, la mente es sanada y adquiere sabiduría. El alma se vuelve juiciosa cuando deja de “congraciarse sin rubor con toda clase de pensamientos impuros”. “El amor al cuerpo es señal de la falta de fe”. La fe libera la mente de la influencia de los sentidos y la apacigua con la ayuda del ayuno, los pensamientos dirigidos a Dios y las vigilias. Los excesos y la gula nublan la mente, la desvían hacia pensamientos impuros, ensuciándola con un sinfín de figuraciones y pasiones.
(Traducido de: Părintele Iustin Popovici, Credința Ortodoxă și viața în Hristos, traducere de prof. Paul Bălan, Editura Bunavestire, Galați, 2003, p. 55)