¡Salgamos de las tinieblas que nos rodean y corramos a la luz de Dios!
El Mismo Señor Jesucristo nos dijo: “¡Caminad mientras tengáis la luz, no sea que las tinieblas os sorprendan!”.
Amemos la luz, orientémonos hacia la luz, tal como todo lo que es bueno, puro y vivo busca la luz. ¡Que ninguno de nosotros se asemeje a esos animalitos que no aman la luz y viven a oscuras, como los búhos, los murciélagos y las ranas! ¡Que el Señor nos libre de cualquier similitud con esos animales que prefieren estar donde no hay luz! Y todos nosotros sabemos quién ama la oscuridad: los ladrones, los malhechores, los que tienen un corazón igual de tenebroso. Al contrario, los hombres de bien y quienes viven en la pureza, son seres que aman la luz.
¿Amamos, acaso, la luz de Cristo? Solamente bajo esa luz podemos recorrer nuestro camino por esta vida terrenal. El Mismo Señor Jesucristo nos dijo: “¡Caminad mientras tengáis la luz, no sea que las tinieblas os sorprendan!”. ¡Apresurémonos, corramos a donde está la luz, no perdamos nuestra vida estando a oscuras, en las tinieblas de los vicios y los placeres! ¡Todos somos llamados a estar en la luz!
(Traducido de: Sfântul Luca al Crimeei, Predici, Editura Sophia, București, 2010, p. 324)