Palabras de espiritualidad

¡Señor, dame alegría a mí también!

    • Foto: Stefan Cojocariu

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Translation and adaptation:

Necesitamos de la alegría, porque fue para ella que Dios nos creó. Pero la alegría espiritual no es siempre igual a la alegría de este mundo. La verdadera alegría espiritual consiste en tener un corazón libre, en el que more la paz de Cristo. La alegría espiritual aparece cuando nos libramos de la esclavitud del maligno, de los malos pensamientos y las tentaciones.

Los vicios son siempre sustitutos de la verdadera alegría espiritual. Y es que necesitamos de la alegría; precisamente por eso fue que nuestro Señor vino al mundo, para otorgárnosla, pero una alegría plena, como Él mismo dice en el Evangelio de San Juan. Necesitamos de la alegría, porque fue para ella que Dios nos creó. Pero la alegría espiritual no es siempre igual a la alegría de este mundo. La verdadera alegría espiritual consiste en tener un corazón libre, en el que more la paz de Cristo. La alegría espiritual aparece cuando nos libramos de la esclavitud del maligno, de los malos pensamientos y las tentaciones.

El sufrimiento es necesario hasta que logramos purificar el corazón, hasta que éste se siente compungido, adolorido y comienza a tomar parte del diálogo con Dios. No debería utilizar grandes palabras, porque ¿quién tiene en verdad un corazón puro? Sin embargo, si nos presentamos frente a Dios y le hablamos con nuestro corazón contrito, indudablemente encontraremos consuelo. Y nuestro consuelo es ser libres, tener un corazón libre que arde de amor por Dios, así como lo hacía el corazón de Lucas y el de Cleofás con lo sucedido de camino a Emaús, un corazón en el que domina la paz y en el que solamente resuena la palabra de Cristo.

(Traducido de: Arhimandrit Zaharia Zaharou, Adu-ţi aminte de dragostea cea dintâi (Apocalipsa 2, 4-5) – Cele trei perioade ale vieţii duhovniceşti în teologia Părintelui Sofronie, Editura Doxologia, Iaşi, 2015, p. 205)