Debes saber que nadie en este mundo, de entre todos los que han sido bautizados en el nombre de la Santísima Trinidad, puede alcanzar la salvación si no es por medio de la cruz. Se dice en “Siguiendo a Cristo”: “Si quieres renunciar a una cruz, muchísimas más vendrán a ti”.

Quien asume su cruz con alegría y amor a Cristo, llenándose de agradecimiento cuando Dios le reprende con aflicciones, ofensas, hambre, sed, enfermedades, humillaciones o tristezas, ése es un verdadero discípulo Suyo. Que cargue con alegría su cruz, recordando esto: la Cruz de Cristo fue millones de veces más pesada, pero Él supo soportar, sin tener parte alguna de nuestras culpas, todas las iniquidades imposibles de imaginar.

(Traducido de: Îndrumări duhovnicești pentru vremelnicie și veșnicie. O sinteză a gândirii Părintelui Cleopa în 1670 de capete, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2004, p. 62)