También existe la caridad espiritual
Una palabra de consuelo, una mirada, un simple gesto de aliento pueden ofrecer descanso espiritual al otro. Y esta forma de caridad es invaluable.
Otra forma de la caridad es esa que no se limita a lo material. Esta es la caridad que practican los que aman verdaderamente a su prójimo. Lo visitan en el hospital, le dan ánimos, le ofrecen algún librito de provecho, le consuelan y le ayudan a no caer en la desesperanza. Si ven que alguien les insulta, le responden con amor, para que abandone la blasfemia. Por eso es que el Señor dice: “Aquel que hace digno al que es indigno, habla como Yo lo haría”. Es decir, aquel que, siendo digno, hace digno a quien no lo es, con sus palabras, con sus obras o con su propio ejemplo, dice Cristo, “habla como Yo lo haría”. “Así como Yo, Cristo, con Mi Palabra guío y redimo a los hombres, lo mismo hace el amor de estos para con su semejante”. Muchas veces, estos hombres que actúan de acuerdo al amor que hay en sus corazones pueden salvar a sus semejantes de una muerte segura, física o espiritual. Una palabra de consuelo, una mirada, un simple gesto de aliento pueden ofrecer descanso espiritual al otro. Y esta forma de caridad es invaluable. [..]
Luego, oremos para que el Señor nos haga dignos de recubrirnos con esa caridad por dentro y por fuera de nosotros, para tener esperanzas en Su misericordia y perdón, el día de Su estremecedor Juicio.
(Traducido de: Avva Efrem Filotheitul - Sfaturi duhovniceşti)