¡Ten mucho cuidado de tu alma, tu mente y tu cuerpo!
Esta es la lucha del pensamiento, es decir, liberarse a cualquier precio, desfinfectarse, purificar la mente.
—Padre, ¿es mejor abstenernos físicamente del desenfreno, o saber controlar nuestros pensamientos?
—¡Tanto el cuerpo como los pensamientos! Al cuerpo hay que darle lo que necesita, en la justa medida y que los pensamientos incorrectos desaparezcan totalmente. Precisamente esta es la lucha del pensamiento, es decir, liberarse a cualquier precio, desfinfectarse, purificar la mente. Al cuerpo hay que darle, como dije, todo en su justa medida: alimentos, sueño... No se debe exagerar tampoco con el ayuno, porque el cuerpo ha sido “bien hecho” por Dios. Como se dice, “¡Bien hecho por el Gran Maestro!”
Entonces, estamos obligados no a dañarlo, ni a debiliatarlo. Al contrario, a darle en la justa medida, ayunando y alimentándolo, así como lo establece la Iglesia.
(Traducido de: Ne vorbește Părintele Arsenie, ediția a doua, volumul III, Editura Mănăstirea Sihăstria, 2010, p. 129)