Todo cambio empieza en el corazón
Los Santos Padres buscaron un mejoramiento real en el hombre, no algo meramente exterior, como sucedía con los escribas y los fariseos, a los que nuestro Señor asemejó con sepulcros blanqueados.
¿Por qué dice nuestro Señor Jesucristo que del corazón del hombre brotan los malos pensamientos? Porque toma en consideración el interior en general; la mente obra en el corazón y extrae de este, de sus profundidades, trozos de la existencia que se hallan ahí y ensucia al hombre, en caso de que todo eso sea negativo. El Santo Evangelista Marcos, aunque tiene el Evangelio más breve, nos ofrece una gran variedad de detalles. En esto se incluye la lista de maldades que enturbian al hombre. Ciertamente, San Marcos presenta una lista mucho más larga que la que encontramos en el Evangelio según San Mateo, por ejemplo. En el Evangelio de San Marcos encontramos 13 cosas que ensucian al hombre.
Por este motivo, los Santos Padres buscaron la forma de reformar al hombre, empezando desde su corazón. Nuestro Señor Jesucristo dijo: “Aprended de Mí que Soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas”. Luego, los Padres buscaron un mejoramiento real, no algo meramente exterior, como sucedía con los escribas y los fariseos, a los que nuestro Señor asemejó con sepulcros blanqueados, por parecer agradables y bien ataviados por fuera, mientras que por dentro estaban llenos de corrupción y miseria. Nuestro Señor dice: “Aprended de Mí que Soy manso y humilde de corazón”, es decir, “en Mi interior, en lo profundo de Mi ser, Soy manso y humilde”.
(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Cum putem deveni mai buni – Mijloace de îmbunătățire sufletească, Editura Agaton, p. 135)