Palabras de espiritualidad

Un collar de amor

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Entiendo por qué me llevaste a ese lugar. Y debo confesarte, Elisa, que elegiste el mejor regalo para nuestro primer aniversario de bodas…”

Era su primer aniversario de bodas.

Fabián quería darle un costoso obsequio a su esposa. Después de meditarlo un poco, decidió que lo mejor era dejar que ella eligiera lo que quisiera. Elisa —ese era su nombre— se puso muy feliz cuando escuchó el ofrecimiento de su marido. Lo tomó de la mano y, saliendo a la calle, lo condujo hasta la casa de una mujer pobre y enferma, quien no hacía mucho había perdido a su esposo, quedándose sola con tres hijos. Fabían, médico de profesión, se comprometió a visitar diariamente a la pobre viuda, ayudándola a recuperarse de su enfermedad. Elisa, por su parte, le prometió que se haría cargo de los tres pequeñitos.

Al volver a casa, Fabían abrazó a su esposa y, emocionado, le dijo: “Sí, entiendo por qué me llevaste a ese lugar. Y debo confesarte, Elisa, que elegiste el mejor regalo para nuestro primer aniversario de bodas. ¡Un collar de amor!”.

(Traducido de: Limonariul mirenilor, întâmplări de folos, traducere de Cristian Spătărelu, Editura Cartea Ortodoxă, 2009, pp. 50-51)