Palabras de espiritualidad

Un corazón como una casa con las puertas abiertas

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Todo lo hace con amor, porque siempre se pone en el lugar del otro. Pero lo más importante es que, haga lo que haga, no busca los elogios de los demás.

Padre, el abbá Pamvo dice: “Si tienes un corazón, puedes salvarte”. ¿Qué podemos entender, entonces, por “tener un corazón”?

—Se puede entender de distintas formas. En primer lugar, “tener un corazón” es igual a “amar a Dios”. En segundo lugar, “tener un corazón” es lo mismo que “tener sensibilidad”. En tercer lugar, “tener un corazón” significa “tener bondad”. En cuarto lugar, “tener un corazón” puede entenderse como “ser indulgente”. En quinto lugar, “tener un corazón” es lo mismo que “ser valiente”. Cuando decimos “corazón”, no nos referimos a un pedazo de carne, sino al fervor por el sacrificio y el amor más noble.

¡Qué gran cosa es la fuerza del corazón! El corazón es como una batería que se recarga continuamente. No se cansa ni envejece. Sus fuerzas no se consumen jamás. No obstante, para esto tenemos que ponerlo en funcionamiento.

Porque también yo tengo un corazón, como tú, pero ¿qué podemos hacer con él si no lo ponemos en marcha?  Si la persona no pone su corazón en movimiento, ya puede ser un coloso, pero carente del valor necesario para empezar a actuar. Y puede que haya otro, muy pequeño y aparentemente insignificante, pero que no se cansa jamás, porque todo lo que hace, lo hace desde el corazón. En este mismo monasterio hay una monja que, a pesar de tener un cuerpo endeble, hace todo de corazón y jamás la he visto cansada. No busca la forma de eludir el esfuerzo, sino que siempre anda viendo cómo ayuda a los demás. Todo lo hace con amor, porque siempre se pone en el lugar del otro. Pero lo más importante es que, haga lo que haga, no busca los elogios de los demás. No hay egoísmo en ella, mucho menos el mero deseo de agradar a quienes le rodean. Esta es la razón por la cual siempre actúa calladamente… y por eso es que recibe la Gracia Divina, y Dios siempre la ayuda.

(Traducido de: Cuviosul Paisie AghioritulCuvinte duhovnicești, Vol. V Patimi și virtuți, Editura Evanghelismos, București, 2007, p. 216)

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