Un ejemplo de la verdadera renuncia al mundo
El abbá Arsenio respondió: “Yo morí hace mucho tiempo. Él recién acaba de morir”.
Contaba el anciano Daniel, refieriéndose al abbá Arsenio, que una vez vino a buscarlo un magistrado (funcionario de la administración del imperio), trayéndole el testamento de un senador, pariente suyo, quien le había dejado una cuantiosa herencia. Entonces, el anciano Arsenio, tomando el documento, hizo ademán de romperlo en pedazos. Pero el funcionario se postró de rodillas ante él, implorando: “¡Por favor, padre, no lo rompa, o me decapitarán!”. Entonces, el abbá Arsenio respondió: “Yo morí hace mucho tiempo. Él recién acaba de morir”. Y lo envió de vuelta, sin aceptar nada de la herencia.
(Traducido de: Patericul, ediția a IV-a rev., Editura Reîntregirea, Alba-Iulia, 2004, p. 18)