Un mal pensamiento no puede ser vencido sino con uno bueno
La mejor forma de concentrar tus pensamientos, es tener uno principal, frente al cual has de confrontar los demás que vengan, para así alejar los que sean malos y estimular los buenos. Con todo, el método más inmediato es la oración “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador”, que repetimos para alcanzar la perseverancia en los pensamientos buenos.
¿Cómo fortalecernos en la guerra invisible, en contra de los pensamientos perniciosos?
La mejor forma de concentrar tus pensamientos, es tener uno principal, frente al cual has de confrontar los demás que vengan, para así alejar los que sean malos y estimular los buenos. Con todo, el método más inmediato es la oración “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador”, que repetimos para alcanzar la perseverancia en los pensamientos buenos.
Un pensamiento malo no puede ser alejado sino con uno bueno. Desde luego que debemos evitar lo que nos incita a los malos pensamientos, de lo contrario se multiplicarán solos, intranquilizando tu alma.
(Arhimandrit Teofil Părăian, Iubirea de aproapele – ajutor pentru bucuria vieții, Editura Doxologia, Iași, 2014, pp. 73-74