Palabras de espiritualidad

Una gran razón para no sentirnos tristes

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

¡Que nada los entristezca! Sonrían en su interior, porque sus debilidades y sus heridas son muy encomiadas en el Cielo y anheladas por todas las legiones de ángeles.

Hay una gran ternura y una gran comprensión contenidas en las lágrimas de la Madre del Señor y en la sangre atravesada por los clavos, la lanza y las espinas de nuestro Señor por nuestros pecados.

¡Que nada los entristezca! Sonrían en su interior, porque sus debilidades y sus heridas son muy encomiadas en el Cielo y anheladas por todas las legiones de ángeles.

(Traducido de: Arhimandritul Arsenie Papacioc, Scrisori către fiii mei duhovnicești, Mănăstirea Dervent, Constanța, 2000, p. 56)