“La lámpara de tu cuerpo son los ojos; si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo estará iluminado; pero si están enfermos, todo tu cuerpo estará oscuro”.

En este texto. los “ojos” son la mente, en tanto que la palabra “cuerpo” se refiere a la entera composición del alma. Así, si la mente es simple, habrá luz en el alma. Si la mente es astuta, en el alma habrá oscuridad. Pero ¿qué es una mente simple y qué es una mente astuta, vil? La mente simple es esa que acepta todo lo que está escrito en la Palabra de Dios, con una fe fuerte en que todo es tal como aparece consignado ahí. En ella no hay lugar para ningún modo de ardid o para la duda. La mente astuta es esa que se acerca a la Palabra de Dios con malicia, examinándola y escudriñándola con un pensamiento falso. A esta mente le cuesta creer sin ambages, sino que somete la Palabra de Dios a toda clase de filosofías, acercándosele, sí, pero no como un discípulo, sino como un juez y un crítico, investigándola, para después burlarse de ella o simplemente decir con superioridad: “Sí,no está mal…”.

(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Tâlcuiri din Sfânta Scriptură pentru fiecare zi din an, traducere din limba rusă de Adrian și Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, 2011, p. 57)