Palabras de espiritualidad

¿Vale la pena discutir con otros sobre temas como la fe y la religión?

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Habrá un tiempo para que también ellos acepten lo que tenemos que decirles, pero sin discusiones, porque no solo no es de provecho, sino que también es pecado.

¿Qué podemos hacer cuando tenemos diferencias con nuestra familia, debido a que no entienden qué es la verdadera fe en Cristo, y creen que podemos estar con Cristo y con el mundo?

—No es bueno enzarzarse en tal clase de discusiones con aquellos que no quieren recibir la palabra de Dios, aunque se trate de nuestros padres o nuestros hermanos. Llegará el momento en el que se podrá hablar de ello. Si te preguntan, responde, pero si no te preguntan, ¿para qué provocar discusiones? ¿Es que las palabras santas deben convertirse en motivo de riña y malentendido entre hermanos? No, hay que evitar todo eso. Hablemos solamente cuando se nos pida hacerlo. Con calma, con paciencia, y después veremos los frutos de nuestras palabras en quienes nos escuchan. Pero, si no hay cómo obtener frutos de esas conversaciones, es mejor esperar un momento que realmente sea propicio para ello, porque “hay tiempo para todo lo que hay bajo el cielo”. Seguramente habrá un tiempo para que también ellos acepten lo que tenemos que decirles, pero sin discusiones, porque no solo no es de provecho, sino que también es pecado.

(Traducido de: Ieromonahul Savatie Baștovoi, A iubi înseamnă a ierta, Editura Cathisma, București, 2010, p. 93)