Palabras de espiritualidad

Viviendo cada día con Dios

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Procura hacer todo con Dios y nada sin Él.

Desde el inicio asume tu fe como guía, para darle un propósito y un sentido a tu vida, para saber cómo gobernarla y dirigirla a Dios. Sin Él, tu vida no sería sino banalidad y vacío. Con Él, es rica y llena de sentido.

Permanece al lado del Señor, en cada día, en cada momento.

Haz de tus acciones y tus pensamientos un camino hacia Él.

Aquel que todo lo hizo, en todo puso una fundamento divino. Participa de él, pero, espiritualmente, así como lo proyectó Dios, pensando siempre en Él. Porque tendrás que dar cuentas de la forma en que utilizaste todo lo que se te dio en esta vida.

Todo lo que emprendas, por pequeño que parezca, comiénzalo con Dios y ejecútalo como si te hallaras frente a Él.

Procura hacer todo con Dios y nada sin Él.

Para esto tienes la santa oración. Pon su simiente en cada obra y en cada pensamiento. Todo lo que debas iniciar, hazlo habiendo recibido la respectiva bendición y agradece cuando hayas terminado. Atribúyele a Dios cada uno de tus éxitos y pídele perdón por tus fracasos. Ora cuando trabajes, o al menos trabaja manteniendo el espíritu de la oración. Porque la oración obra, incomparablemente, la unión del hombre con Dios.

Cada día, olvídate un poco más de ti y acuérdate más de Dios. Vive menos en “lo tuyo” y más en lo Suyo. Así conseguirás unirte más a Él.

Medita cada noche sobre los errores cometidos y arrepiéntete. Por la mañana, comienza nuevamente con tu vida: haz que cada día que pasa sea un paso más hacia Dios.

La vida no es holganza y despreocupación, sino esfuerzo y trabajo. Recoge, en el curso de tu vida, junto a Cristo, para no desperdiciar tu vida. Para que en la eternidad puedas vivir con Él, Quien “es todo en todos" (Colosenses 3, 11).

(Traducido de: Jean-Claude Larchet, Ţine candela inimii aprinsă. Învăţătura Părintelui Serghie, Editura Sophia, pp. 107-108)