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20 000 fieles participaron en la ceremonia de Proclamación de la Canonización de los Santos Venerables Paisos y Cleopa del Monasterio Sihăstria

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

  • Foto: Silviu Cluci

    Foto: Silviu Cluci

Grandes padres espirituales e iluminadores del siglo XX, los Santos Venerables Paisos y Cleopa son honrados desde hoy en el Monasterio Sihăstria. La proclamación local de su canonización tuvo lugar en el día de la festividad de Santa Teodora de Sihla, este pasado 7 de agosto, al finalizar la Divina Liturgia celebrada por una asamblea de 24 jerarcas de la Iglesia Ortodoxa de Rumanía, presidida por Su Alta Eminencia Teófano, Metropolitano de Moldova y Bucovina. Miles de peregrinos de todo el país y del extranjero recibieron la bendición de los dos santos, venerando desde ya sus santas reliquias, colocadas en la iglesia del conjunto monástico.

Los “Padres intercesores de Moldova, obreros de la paciencia y de la humildad en el alma”, los Santos Venerables Paisos y Cleopa de Sihăstria, tal como se les nombra en el primer kondakion de su himno acatisto, son desde hoy venerados como santos en la Iglesia de Cristo en la Moldova rumana. El día 7 de agosto de 2025 representa la culminación de todo el proceso de canonización de estos dos venerables monjes, iniciado con la aprobación de su canonización en la sesión del Santo Sínodo de julio de 2024, continuado con la Proclamación general de los 16 nuevos santos rumanos, el 4 de febrero de 2025 —fecha en la que se cumplieron 100 años desde la elevación de la Iglesia Ortodoxa Rumana al rango de Patriarcado— y concluido hoy con la Proclamación local de la canonización y la colocación de sus santas reliquias en sendos cofres para que puedan ser veneradas por los fieles.

La solemnidad dio inicio la noche anterior, con la celebración de las Vigilias por parte de Su Alta Eminencia Casiano, Arzobispo del Bajo Danubio, y continuaron la mañana siguiente con la procesión para la colocación de las santas reliquias en sendos cofres dentro de la iglesia mayor del monasterio, y la celebración de la Divina Liturgia por una numerosa congregación de jerarcas, sacerdotes y diáconos, presidida por Su Alta Eminencia Teófano, Metropolitano de Moldova y Bucovina.

Según las primeras estimaciones de las autoridades, aproximadamente 20 000 peregrinos estuvieron presentes en dichos actos.

Al finalizar la Liturgia, Su Eminencia Ignacio, Obispo de Huși, dio lectura al Tomos sinodal de la Iglesia Ortodoxa Autocéfala Rumana, para la proclamación de la canonización de los Santos venerables Paisos y Cleopa de Sihăstria.

Asimismo, en el marco de la proclamación, Su Eminencia Barlaam Ploieșteanul, Obispo vicario del Patriarcado, leyó el mensaje de Su Beatitud Daniel, Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rumana, titulado “Dos pilares de luz entre las montañas y el cielo, los Santos Venerables Paisos y Cleopa de Sihăstria”:

«Ambos santos, Paisos y Cleopa, vivieron en espíritu de sacrificio, con ayuno, vigilia y mucha oración. Fueron hombres espirituales, unidos por el mismo fervor por la vida santa, confesores de la fe ortodoxa en tiempos de persecución y predicadores del Evangelio de Cristo con sus palabras y sus actos.

La proclamación de la canonización de los Santos Venerables Paisos y Cleopa del Monasterio Sihăstria, junto con otros 14 santos padres espirituales y confesores ortodoxos rumanos del siglo XX, en el contexto del cumplimiento, en este año 2025, de 100 años desde la elevación de la Iglesia Ortodoxa Rumana al rango de Patriarcado, nos llama a comprender cuán maravillosamente obra Dios con un pueblo humilde y creyente, y cuán grande es la necesidad de tener verdaderos padres espirituales, hombres de vida santa, que iluminen nuestro camino en la fe ortodoxa y en la santidad.

Hoy, en el momento bendito de la proclamación local de la canonización de los Santos Venerables Paisos y Cleopa del Monasterio Sihăstria, deseamos expresar, junto con Su Alta Eminencia Teófano, Metropolitano de Moldova y Bucovina, nuestra gratitud y aprecio por toda la labor realizada en este monasterio, con gran esfuerzo y amor oblativo».

Al final, el Metropolitano Teófano dirigió también una enaltecedora homilía, en la cual habló de la forma en que el Espíritu Santo rebosa abundantemente en las vidas de los fieles y en las de aquellos que buscan una guía espiritual en la labor y los sacrificios de estos dos grandes padres:

«Desde el Patriarca de nuestro país, siguiendo con los jerarcas del Santo Sínodo, junto con la comunidad del Monasterio Sihăstria y con el orden monástico, además de los sacerdotes y los fieles de todas las parroquias, creemos y confesamos que los Santos Venerables Paisos y Cleopa consiguieron adentrarse, ya en esta vida, en la eternidad de Dios. El amor de Dios indundaba todo su ser. La Gracia de Dios los transformó de hombres formados del polvo de la tierra en santos del Reino de los Cielos.

Alcanzaron “la libertad de la gloria de los hijos de Dios” (Romanos 8, 21), es decir, fueron liberados de la esclavitud de la muerte y del pecado. Del mismo modo, obtuvieron una dolorosa sensibilidad ante el sufrimiento de los demás, más fuerte aun que por el dolor propio. Obtuvieron, también, una extraordinaria visión espiritual sobre las cosas, las personas y los acontecimientos. Penetraron en la naturaleza de las cosas percibiendo la verdad, contemplando profundidades que la lógica habitual, humana, no puede aprehender.

Recibieron el don de orar por todo el mundo, sin hacer distinción alguna entre amigos y enemigos. Se convirtieron, así, en hijos del Padre que “hace salir el sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos e injustos” (Mateo 5, 45).

Con el tiempo, muchos cristianos han testificado que, al estar junto al Santo Venerable Paisos, sentían que este se hallaba bajo el manto del Espíritu Santo. En su interior ardía un fuego espiritual tan grande, que cualquiera que se encontrara cerca de él sentía ese amor envolviéndolo por completo; sentían la llama del Espíritu Santo que oraba en San Paisos con “gemidos indecibles” (Romanos 8, 26).

Estando cerca del Santo Venerable Cleopa, la gente descubría el poder de la Escritura y de los Padres, derramándose como una cascada: “Un abismo llama a otro abismo con el estruendo de tus cataratas” (Salmo 41, 9). El abismo de la Escritura llamaba a la verdad de los Padres, y ambos consolaban, corregían, fortalecían y abrazaban la mente y el corazón de quienes participaban en una verdadera Liturgia de la Palabra.

Por este gran don, manifestado en las figuras de los Santos Paisos y Cleopa, elevamos a Dios nuestra más sincera gratitud». 

Después de la Divina Liturgia, los fieles, guiados por las autoridades y voluntarios, formaron una fila para venerar las reliquias ambos santos.

¡Santos Venerables, oren a Dios por nosotros!