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Más de cien mil peregrinos, procedentes de distintas partes del mundo, en la festividad de Santa Parascheva

    • Foto: Oana Nechifor

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Mas de treinta mil peregrinos oraron y participaron en la Divina Liturgia oficiada en el centro de Iași, momento culminante de la festividad de Santa Parascheva de este año. Mientras tanto, más de cien mil peregrinos han pasado a venerar las reliquias de la Santa y las de San Espiridón.

El día de ayer, 14 de octubre, el municipio de Iași se convirtió en la Capital de la Ortodoxia rumana. Miles de personas, procedentes de todo el mundo, elevaron sus oraciones en este período, preentando una ofrenda de gratitud a la Santa por todas sus bondades.

La Catedral Metropolitana de Iași celebró su fiesta patronal, el día de la Santa y Piadosa Parascheva. La Divina Liturgia fue oficiada por Su Alta Eminencia Nectario, Metropolitano de Corfú, Paxoi y Diapondia (Grecia), junto a Su Alta Eminencia Teófano y otros diecisiete jerarcas rumanos y extranjeros.

Antes de empezar la Divina Liturgia, los jerarcas oficiantes se acercaron a venerar las reliquias de Santa Parascheva y de San Espiridón, Obispo de Tremitunte.

Después de la lectura del Santo Evangelio, Su Alta Eminencia Nectario, Metropolitano de Corfú, dirigió a los fieles presentes una bella homilía, de la cual extraemos las siguientes palabras:

«“¡Admirable es Dios entre Sus santos!” (Salmos 67, 36). En el transcurso de nuestra vida podemos ver a Dios, no sólo en los Sacramentos de la Iglesia, sino también en nuestros semejantes que nos antecedieron en el camino a la santidad. ¡Y he aquí que hoy participamos del encuentro místico entre dos grandes santos de nuestra Iglesia: el Santo Jercarca Espiridón y la Muy Venerable Madre Parascheva de Epivates! Cierto es que vivieron en tiempos y lugares distintos, y que nunca se encontraron en su paso por este mundo. Pero también lo es que ambos supieron cultivar y mantener en sus corazones, de una forma intensa, la misma experiencia de ver a Dios como amor y libertad. Ambos actuaron y entendieron que somos seres llamados a alabar y agradecerle a Dios, Quien se les reveló y les señaló cuál es el sentido de la vida: la comunión con Él, como amor y libertad. Esta comunión se realiza con los medios proclamados y practicados por la Iglesia. (...) En un mundo de ateísmo, materialismo, maldad, falta de fe y racionalismo, que niega la verdad revelada, nuestro Santo Espiridón se encuentra con nosotros y con la Santa y Venerable Parascheva, confiándonos una vez más que: “¡Santo es el Señor y Dios nuestro!”. Sigámoslos, pues, en su camino de vida cristiana y demos gloria a Dios por Sus inconmensurables dones. ¡Amén!».

Al finalizar la Divina Liturgia, Su Alta Eminencia Teófano, Metropolitano de Moldova y Bucovina, manifestó su profundo agradecimiento a todos los jerarcas presentes, así como a quienes ayudaron en la organización de la fiesta patronal y a las decenas de miles de peregrinos presentes:

«Les agradecemos a todos los peregrinos por la belleza con la que han revestido esta festividad. Ellos mismos se han revestido de la belleza de San Espiridón y Santa Parascheva, ataviando estos días de júbilo con esa misma belleza. ¡Es una peregrinación admirada por muchos! Al mismo tiempo, sabemos también que hay algunos que critican, que no entienden esta paregrinación o que tratan de empañarla. ¡Perdónenlos, amados fieles, y que nadie los condene por lo que hacen! Entendámoslos, porque el acto de peregrinación del que tantos han participado hoy, es algo que no puede ser entendido por la lógica de este mundo. (...) La peregrinación es como el amor y como Dios. Y estas son cosas que se viven, que se descubren, que no pueden ser explicadas racionalmente. ¡Que Dios los recompense por el corazón que cada uno tiene, un corazón grande como el de San Espiridón y Santa Parascheva! ¡Un corazón que es paciente, que perdona, que agradece y que ama sin medida, porque esta es la única medida verdadera del amor! ¡Que Dios los bendiga todos!».