Cierta vez, al padre Thomas Hopko († 2015), quien durante muchos años fuera el decano del Instituto Teológico Ortodoxo de San Vladimiro, en Nueva York, le pidieron que confeccionara una lista simple y concisa de lo esencial para nuestra vida cristiana. ¿Cómo debe vivir un cristiano?

Así fue como aparecieron sus 55 consejos o máximas para seguir el camino de Cristo.

1. Permanece siempre con Cristo y pon toda tu esperanza en Dios, hagas lo que hagas.

2. Ora como puedas, no como crees que deberías hacerlo.

3. Hazte una regla de oraciones que puedas cumplir y practícala con disciplina.

4. Repite el “Padre nuestro” cuantas veces puedas, cada día.

5. Acostúmbrate a repetir alguna oración breve cuando tu mente no esté ocupada.

6. Cuando ores, haz también algunas postraciones.

7. Aliméntate sanamente y con moderación, ayunando en los días previstos para ello.

8. Practica el silencio interior y exterior.

9. Siéntate y ensimísmate durante unos veinte o treinta minutos, cada día.

10. Haz actos de caridad, pero evitando que los demás se enteren.

11. Asiste a la Divina Liturgia con regularidad.

12. Confiésate y comulga con regularidad.

13. No pierdas el tiempo con pensamientos y sentimientos extraños.

14. Busca una persona de confianza, para revelarle con regularidad todos tus pensamientos y sentimientos.

15. Lee la Escritura con regularidad.

16. Lee buenos libros, pero poco a poco.

17. Cultiva la comunión con los santos.

18. Sé una persona normal, un humano más.

19. Sé amable con todos, comenzando con los que viven contigo.

20. Mantén tu casa limpia y ordenada.

21. Hazte de un pasatiempo sano.

22. Practica el ejercicio físico con regularidad.

23. Vive cada hora del día como si fuera un día entero.

24. Sé totalmente honesto; ante todo, contigo mismo.

25. Sé fiel en las pequeñas cosas.

26. Haz tu trabajo y después olvídalo.

27. Comienza siempre haciendo las cosas más difíciles y dolorosas.

28. Enfrenta la realidad.

29. Sé agradecido.

30. Sé alegre.

31. Vive con sencillez, discretamente, en paz y con modestia.

32. Nunca busques atraer la atención.

33. Escucha cuando alguien te hable.

34. Mantente despierto y atento, completamente presente en ti mismo.

35. Piensa y habla solamente lo necesario.

36. Habla con simplicidad, claridad, firmeza y concisión.

37. Rechaza las figuraciones, la fantasía, el análisis y querer descifrar todas las cosas.

38. Huye de las cosas carnales y sexuales desde que aparezcan.

39. No te lamentes, no te quejes, no murmures ni reniegues.

40. No busques la compasión ni el elogio de los otros.

41. No te compares con los demás.

42. No juzques a nadie.

43. No trates de convencer a nadie de nada.

44. No te defiendas ni justifiques.

45. Que sea Dios quien te defina y limite, no los demás.

46. Acepta las críticas con gratitud y examínalas con cuidado.

47. Da consejos sólo cuando te los pidan o cuando debas hacerlo.

48. No hagas nada por nadie que pueda y deba hacerlo por sí mismo.

49. Hazte un programa diario de actividades, evitando incluir tus caprichos.

50. Sé piadoso contigo mismo y con los demás.

51. No esperes más que ser tentado ferozmente hasta tu último aliento.

52. Concéntrate exclusivamente en Dios y en la luz, jamás en la oscuridad, las tentaciones y el pecado.

53. Soporta con serenidad las pruebas a las que serás sometido con todas tus faltas, confiando en la misericordia de Dios.

54. Cuando caigas, levántate inmediatamente y vuelve a empezar.

55. Cuando necesites auxilio, pídelo sin miedo y sin ruborizarte.