¡Ábrele la puerta a Cristo!
De nuestra parte se pide que luchemos contra el demonio y contra las pasiones, con tal de que Cristo se forme en nosotros.
Dios dice: “He aquí que estoy a la puerta y llamo”, y de nuestra parte se pide la buena disposición de abrirle. El Apóstol Pablo dice: “Hijos míos, sufro por vosotros como si os estuviera de nuevo dando a luz, hasta que Cristo sea formado en vosotros” (Gálatas 4, 19), y de nuestra parte se pide que luchemos contra el demonio y contra las pasiones, con tal de que Cristo se forme en nosotros. El mismo Apóstol agrega: “Por medio del Evangelio yo os he engendrado en Cristo Jesús” (I Corintios 4, 15).
Pero, para poder nacer en Cristo Jesús, se nos pide purificar nuestra masa anterior, para hacer con nuestro corazón lo mismo que hicieron las mujeres santas con sus vientres estériles. Porque solamente así podremos hacernos dignos de escuchar la buena noticia: “Alégrate, estéril, que no das a luz; da gritos de alegría tú, que no conoces los dolores del parto, porque muchos son los hijos de la abandonada” (Gálatas 4, 26).
(Traducido de: Arhimandritul Paulin Lecca, Adevăr și Pace, Tratat teologic, Editura Bizantină, București, 2003, p. 92)