Aceptar la voluntad de Dios en todo
Tengo la certeza de que nada podría sucederme sin el permiso de Dios. Y si Él desea enviarme algo por causa de mis pecados, tengo que aceptarlo con humildad, porque no hay dónde esconderse o huir de Su mano.
«No puedo satisfacer, con una sola respuesta, tu deseo de saber si hay algo que me preocupe. Solamente diré que por fuera no se puede observar, y en el interior, aunque ocurriera algo secreto, lo desconozco, pero sí tengo la certeza de que nada podría sucederme sin el permiso de Dios. Y si Él desea enviarme algo por causa de mis pecados, tengo que aceptarlo con humildad, porque no hay dónde esconderse o huir de Su mano.
Ahí donde se muestre la voluntad de Dios, ni los obstáculos más poderosos podrán vencer.
Dios, por Su inmensa misericordia, realiza y transforma todo con Su voluntad y para bien nuestro, aunque aparentemente se valga de medios desagradables para nosotros. Si somos pacientes, con el auxilio del Señor lo podremos comprobar».
(Traducido de: Filocalia de la Optina, traducere de Cristea Florentina, Editura Egumenița, Galați, 2009, p. 102)