No es nuestra edad lo que nos hacer honorables
Esta es, en verdad, la vejez verdadera: una vida pura y sin pecado. Porque, así como puede haber un joven casto, también puede haber un anciano disoluto.
“Hermanos, no seáis como niños en vuestros pensamientos”, dice San Pablo; “sed niños en lo que se refiere a la malicia, pero en el modo de pensar sed como hombres adultos” (I Corintios 14, 20). Pero tal vez nosotros hemos hecho lo contrario: nos hemos vuelto unos expertos en hacer el mal, mientras seguimos siendo como niños con nuestra mente. Porque la sabiduría y el discernimiento no se miden por la edad, sino por las obras. Y esto me lo confirma el sabio Salomón, cuando dice: “la vejez honorable no consiste en vivir mucho tiempo ni se mide por el número de años” (Sabiduría 4, 8).
La vejez no es honrada por la suma de años vividos, ni por el paso del tiempo en este mundo. Porque hay muchos ancianos que no son dignos de honra alguna, y no es considerado “honorable” el hombre que envejece en el pecado o practicando una falsa creencia. Y es que, como dice el libro de la Sabiduría (4, 9): “la vejez no se mide por la cantidad de años”. Ciertamente, si el hombre hace lo que es agradable a Dios, aunque aún esté en la flor de su juventud, su edad será considerada ya una vejez honorable. La sabiduría es la verdadera canicie del ser humano; es decir, tener un pensamiento dirigido a las cosas de Dios. Por su parte, la sabiduría, incluso sin canas, puede hacer las veces de una vejez digna. Y como dice la Escritura: “La edad de la vejez es una vida sin mancha” (Sabiduría 4, 9). Esta es, en verdad, la vejez verdadera: una vida pura y sin pecado. Porque, así como puede haber un joven casto, también puede haber un anciano disoluto.
(Traducido de: Sfântul Neofit Zăvorâtul din Cipru, Scrieri V. Tâlcuire la canoanele celor douăsprezece praznice împărătești. Cuvinte. Despre arhieria lui Hristos. Despre Duhul Sfânt și la Sfânta Cincizecime. Cartea minunii dumnezeiești. Epistole, traducere de Laura Enache, Editura Doxologia, Iași, 2016, pp. 199-200)