Acerca de la santidad de la Iglesia
Santos son los medios de la salvación, es decir, el Espíritu Santo, que morará en la Iglesia hasta el fin de los tiempos, así como la doctrina y el Cuerpo del Señor, que es la santidad misma y que se ofrece continuamente en sus altares.
¿Por qué llamamos “santa” a la Iglesia? La Iglesia es llamada “santa”, porque su Cabeza también lo es, es decir, nuestro Salvador Jesucristo. También porque santos son los medios de la salvación, es decir, el Espíritu Santo, que morará en la Iglesia hasta el fin de los tiempos, así como la doctrina y el Cuerpo del Señor, que es la santidad misma y que se ofrece continuamente en sus altares. El Santo Apóstol Pablo dice: “Cristo amó a la Iglesia y se entregó Él mismo por ella, a fin de santificarla por medio del agua del bautismo y de la palabra, para prepararse una Iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni cosa parecida, sino santa y perfecta” (Efesios 5, 25–27). Por su parte, San Ireneo escribe: “Donde está la Iglesia, allí está también el Espíritu Santo, y donde está el Espíritu Santo, allí está la Iglesia y toda la Gracia”. La Iglesia no tiene manchas ni pliegues. Orígenes dice que las iglesias son las antorchas que iluminan el mundo.
(Traducido de: Arhimandritul Cleopa Ilie, Călăuză în Credința Ortodoxă, Editura Episcopiei Romanului, 2000, p. 118)