Acudir a Dios en todo momento, no a los que sirven al maligno
Los demonios no pueden obrar milagros verdaderos, porque lo suyo es engañar a los incrédulos y a los débiles en la fe con toda clase de ilusiones.
¿Puede el demonio sanar realmente a las personas por medio de la hechicería, mucho más de lo que nos ayuda el poder y la Gracia de Dios?
—Se sabe que los demonios no tienen ningún poder para sanar a las personas, o cómo revelar enfermedades o descubrir a quienes nos hacen daño. Los demonios no pueden obrar milagros verdaderos, porque lo suyo es engañar a los incrédulos y a los débiles en la fe con toda clase de ilusiones. Esta verdad nos la demuestra San Juan Crisóstomo, cuando dice: “¿Se te ha olvidado cómo los demonios fueron incapaces de sanar tan siquiera a los brujos y hechiceros que les servían, de las llagas y úlceras de Moisés en Egipto? ¿Y ahora tú esperas que te sanen a ti? (ver Éxodo 9, 11). ¿Y si los demonios no se apiadan de tu alma, cómo podrían entristecerse por el dolor de tu cuerpo? Si los demonios se afanan en apartarte del Reino de los Cielos, ¿por qué habrían de esforzarse en librarte de la enfermedad? Es una torpeza pensar algo semejante. Luego, no te dejes engañar, hermano, que el lobo jamás podrá ser una oveja, ni el diablo un doctor. Es más fácil que el fuego se congele y la nieve se caliente, que el demonio te sane en realidad”.
Luego, cuando discutamos con alguien, cuando tengamos algún problema, cuando suframos la injusticia o cuando sobrevenga cualquier otra aflicción a nuestra familia, no busquemos la ayuda del demonio y sus sirvientes, como los brujos y los hechiceros; más bien acudamos a la iglesia y a nuestro confesor, a la oración y al ayuno, e inmediatamente nos ayudará nuestro Buen Padre, Quien nos creó, porque es misericordioso con nosotros.
(Traducido de: Arhimandritul Ilie Cleopa, Ne vorbește Părintele Cleopa, ediția a 2-a, vol. 4, Editura Mănăstirea Sihăstria, Vânători-Neamț, 2004, pp. 132-133)