Con la paciencia, la oración, la humildad y el agradecimiento con Dios, puedes vencer tu estado actual. El Señor está cerca y observa lo que hay en tu corazón. Si lo amaras al menos un poco, te alegraría ver que puedes dedicarle toda tu vida, y estarías dispuesto a enfrentar quién sabe qué cosas por Él. Acuérdate de la vida de San Juan el Bautista, de la vida misma de nuestro Señor, de la vida de la Santísima Virgen, de los mártires y de todos los venerables padres. ¡Cuánto no sufrieron! ¿Es que puedes, acaso, comparar mínimamente tus adversidades con los sacrificios y trabajos que ellos enfrentaron? Lee las vidas de los santos y compárate con su estado. ¡No caigas en la acedia, querido hijo! ¡El Señor está contigo y no te privará de Su auxilio y Su consuelo!

¡Alégrate, no sufras más! “Con vuestra esperanza os ganaréis vuestras almas”, es lo que dice el Santo Evangelio.

(Traducido de: Akedia, fața duhovnicească a deprimării – Cauze și remedii, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia. Cartea Ortodoxă, București, 2010, p. 195)