Algunas recomendaciones para orar y mantener un camino correcto en este mundo
Cuando tomamos las armas, el demonio se opone; sin embargo, lo podemos apartar con la humildad. Pero, si te perturbas, en vez de alejarlo le estás dando el arma que necesita para atacarte con más fuerza.
«Que no te perturbe el hecho de que a veces tu mente se distraiga al orar. ¡Hazte humilde y tranquilízate! Con el tiempo, tus pensamientos se asentarán. También esto es una lucha en contra del maligno. Cuando tomamos las armas, el demonio se opone; sin embargo, lo podemos apartar con la humildad. Pero, si te perturbas, en vez de alejarlo le estás dando el arma que necesita para atacarte con más fuerza.
Lo primero que tenemos que pedir es el Reino de los Cielos. No obstante, ya que eres laico y vives en el mundo, puedes pedir las cosas que necesitas para tu subsistencia, o, como pide diariamente la Iglesia: “lo que es bueno y de provecho para nuestras almas, dánoslo”, etc. El Señor dijo: “Pedid y se os dará” (Mateo 7, 7). Y Él nos da lo que nos es necesario y de provecho. En tu caso, porque vives en el mundo y tienes hijos, no puedes actuar de una forma tal en la que, dando todo a los demás, te quedes sin nada.
Con todo, te recomiendo que sigas siempre el camino del justo medio: no hace falta que huyas del mundo, pero tampoco te abandones a sus pasiones. Si necesitas algo para tus hijos, quédatelo. Si no, dáselo a los más necesitados».
(Traducido de: Sfântul Macarie de la Optina, Sfaturi pentru mireni, Editura Sophia, București, 2006, p. 14)