Amor al prójimo
El que está lleno de amor se muestra siempre con el alma tranquila y con aspecto sereno, mientras que el irascible parece siempre furioso.
El que ama a su prójimo es llamado hijo de Dios; al contrario, el que odia a su prójimo, es llamado hijo del maligno. El que ama a su hermano tiene el corazón en paz, el que odia a su hermano es azotado por una fuerte tormenta (...). El que está lleno de amor se muestra siempre con el alma tranquila y con aspecto sereno, mientras que el irascible parece siempre furioso. Pero tú, hijo, esfuérzate en llenar de mansedumbre tu vida y en considerar a tu semejante uno de tus propios miembros.
Considera a cada persona un hermano. Recuérdate que el Único y Verdadero Creador nos hizo a todos. No tientes a nadie en toda tu vida y házte necesario sólo para tu prójimo. Lo que no quieras que te suceda, no desees que le suceda a tu semejante. Si lo ves obrando bien, alégrate con él y compártele tu alegría, pero si sucede que se equivoque, sufre junto a él y compártele tu aflicción.
(Traducido de: Sfântul Vasile cel Mare, Învățătură către fiul duhovnicesc, traducere de I. Popa, Editura Mitropolia Olteniei, Craiova, 2007, pp. 23-24)