Palabras de espiritualidad

Anclando en el amor de Dios

  • Foto: Bogdan Zamfirescu

    Foto: Bogdan Zamfirescu

¿Sabes acaso, cristiano, qué hacen los marineros ante una terrible tormenta? Cuando ya no tienen cómo huir, arrojan el ancla al agua para que se aferre al fondo marino y así puedan salvarse junto a la nave. De esta manera se libran de un ahogamiento más que seguro.

¿Sabes acaso, cristiano, qué hacen los marineros ante una terrible tormenta? Cuando ya no tienen cómo huir, arrojan el ancla al agua para que se aferre al fondo marino y así puedan salvarse junto a la nave. De esta manera se libran de un ahogamiento más que seguro.

Lo mismo deben hacer los cristianos que navegan por este mundo, a bordo de la barca de la Santa Iglesia. Cuando el demonio los azote con la tormenta de las tentaciones, las necesidades y los infortunios, los cristianos deben renunciar a toda esperanza en los hombres y acudir a Dios, fortaleciendo en Su amor sus corazones agitados y perturbados.

¿O se nos ha olvidado que lo que pretende el maligno es alejarnos del amor de Dios y ahogarnos en lo profundo de los pecados y las iniquidades? Lo que corresponde, entonces, es fortalecer la barca de nuestro corazón, en el amor de Dios.

(Traducido de: Sfântul Tihon din Zadonsk, Dumnezeu în împrejurările vieţii de zi cu zi, Editura Sophia, Bucureşti, 2011, p. 131)