¡Aprendamos a simplificar nuestra vida y a hacer solo una cosa a la vez!
Si me pongo a hacer algo nuevo, pero sin haber terminado lo primero que estaba haciendo, pierdo mi paz. Cuando se le pide a alguien que haga varias cosas a la vez, termina perdiendo la cabeza. De tan solo pensar en ellas, se siente enloquecer.
Actualmente, las personas se diluyen en un gran cúmulo de cosas, porque no saben vivir con simplicidad. Abren muchos frentes y se pierden en toda clase de preocupaciones. Yo lo que hago es resolver una o dos cosas, y solo después me ocupo de lo demás. Nunca hago más cosas a la vez. Si en este momento estoy trabajando en algo, solo al terminarlo empiezo otra cosa. Porque, si me pongo a hacer algo nuevo, pero sin haber terminado lo primero que estaba haciendo, pierdo mi paz. Cuando se le pide a alguien que haga varias cosas a la vez, termina perdiendo la cabeza. De tan solo pensar en ellas, se siente enloquecer.
En cierta ocasión, vino a buscarme un joven que claramente tenía serios problemas psicológicos. Me dijo que sufría mucho, porque había heredado de sus padres una cierta sensibilidad. “¿De qué enfermedad heredada me estás hablando?”, le pregunté. “Lo primero que necesitas es descansar. Después, ve y finaliza tus estudios. Al terminar, inscríbete para hacer el Servicio Militar. Y, solamente después de esto, sal y búscate un empleo”. Y así lo hizo. Ejecutó al pie de la letra lo que yo le había recomenado hacer, y finalmente encontró su camino. Y no está de más agregar que, con esto, también terminó hallándose a sí mismo.
. (Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești, Vol. I Cu durere și dragoste pentru omul contemporan, Editura Evanghelismos, București, 2012, p.197)