¡Arrepiéntete, para obtener la misericordia divina!
En la otra vida, ¿quién te va a amparar? No olvides que todos entraremos a la eternidad con el único bagaje de nuestros pecados y el clamor de quienes hayan sufrido nuestra injusticia.
¿Quieres librarte del juicio del Juez implacable? ¡Deja de buscar la forma de hacerte, injustamente, con los bienes de tus semejantes! Cierto es que, en esta vida, te protegen el poder del dinero, las “influencias” que puedas tener en determinados círculos oficiales y la “buena voluntad” de los juzgadores. Pero, en la otra vida, ¿quién te va a amparar? No olvides que todos entraremos a la eternidad con el único bagaje de nuestros pecados y el clamor de quienes hayan sufrido nuestra injusticia, clamor que se alza directamente hacia el trono celestial de Dios. ¡Dios quiera que también tú conozcas la santa miericordia celestial, misma que se alcanza por medio de la contrición!
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Problemele Vieții, traducere de Cristian Spătărelu și Daniela Filioreanu, Editura Egumenița, p. 232)