Ayunar con buen juicio
Sería insensato ayunar por largas horas, esperando a que llegue el momento de sentarnos a la mesa, para entonces entregarnos a la avidez.
El ayuno no consiste solamente en comer con menos frecuencia que de costumbre, sino en comer menos. Sería insensato ayunar por largas horas, esperando a que llegue el momento de sentarnos a la mesa, para entonces entregarnos a la avidez.
Aquel que quiera ser equilibrado al comer, primero tiene que aprender a no elegir entre alimentos gustosos e insípidos. Este hábito no es propio del hombre como ser racional. Lo recomendable es renunciar a los alimentos con buen sabor, para así humillar los beligerantes miembros de nuestro cuerpo y dar libertad a la acción del espíritu.
(Traducido de: Sfântul Serafim de Sarov, Rânduieli de viață creștină, Editura Sophia, București, 2007, p. 25)