Palabras de espiritualidad

¡Bienaventurado el que sea paciente!

  • Foto: Constantin Comici

    Foto: Constantin Comici

Translation and adaptation:

En la vida futura ya podremos descansar, pero aquí, en la tierra, nos toca bregar mucho y enfrentar las tentaciones. ¡Bienaventurado el que sea paciente!

Evitemos a toda costa murmurar y quejarnos, sin importar contra quién lo hagamos. Quejarse es algo muy pernicioso. Es mejor culparnos a nosotros mismos de todo, no a los demás. Especialmente, tenemos que evitar protestar contra la Providencia de Dios, la cual, por medio de la Madre de la Madre del Señor, dispone todo de la mejor forma para nuestra alma. El problema es que nosotros, los hombres, en nuestra cobardía, solemos rebelarnos por necedad y nos enfadamos —de un modo totalmente absurdo— por lo que Dios dispone para nuestro provecho espiritual.

Quejarse ante Dios es algo propio de los orgullosos y de los que carecen de juicio.

El Señor viene solamente al que es manso y callado… ¡Hágase Tu voluntad en mí, Señor, aunque soy un pecador! En la vida futura ya podremos descansar, pero aquí, en la tierra, nos toca bregar mucho y enfrentar las tentaciones. ¡Bienaventurado el que sea paciente!

(Traducido de: Ne vorbesc Stareții de la Optina, traducere de Cristea Florentina, Editura Egumenița, 2007, pp. 177-178)