Si hay alguien que quiera saber qué pasa con el alma inmediatamente después de morir, a continuación se lo explicaré, desde luego, en concordancia con la tradición de la Iglesia Ortodoxa.

Desde el momento de la muerte y hasta 40 días después, tiene lugar el Juicio Particular del alma, con el que Dios decide a dónde enviarnos: al lugar bueno o al malo, hasta la llegada del Juicio Final. Como vemos, se trata de algo transitorio, de un tiempo provisional, tanto para los justos como para los pecadores.

Cuando el hombre muere y entrega su alma, en ese momento aparecen ante él tantos demonios como pecados haya cometido, y tantos ángeles santos como acciones virtuosas haya realizado en su vida. Todo esto nos lo describe con detenimiento San Efrén el Sirio.

(Traducido de: Arhim. Cleopa Ilie, Drumul sufletului după moarte, p. 6)