¡Busquemos la luz eterna!
Hay muchos a los que les gusta vivir en las tinieblas del pecado y no vienen a la luz, con tal de que sus actos no se hagan evidentes.
Aquí en la tierra, todo tiende a buscar la luz del sol, de la luna o del fuego, y rechaza y sufre cuando viene la oscuridad... ¡pero la mayoría de personas no busca la luz eterna del Reino de los Cielos y no se asusta con la oscuridad eterna e insondable! Aún más, hay muchos a los que les gusta vivir en las tinieblas del pecado y no vienen a la luz, con tal de que sus actos no se hagan evidentes. ¡Hermanos y hermanas que han caído en la oscuridad, apiádense de sus almas inmortales, busquen la luz eterna y abandonen lo antes posible la oscuridad infinita, porque el tiempo vuela rápidamente! “Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8,12). Algo más: leamos el Evangelio. ¡He ahí nuestro sol!
(Traducido de: Sfântul Ioan de Kronstadt, Liturghia – cerul pe pământ, Editura Deisis, Sibiu, 2002, p. 116)