Palabras de espiritualidad

Cada cristiano es contemporáneo con Cristo

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Hay muchos que dicen: “¡Cómo quisiera ver a Cristo, Su rostro, Sus rasgos, Su túnica, Sus sandalias...!”. Bien, lo podemos ver, tocar, comer... Porque el Cuerpo de Cristo ya no se nos muestra en un pesebre, sino en el altar.

Algunas veces, dejándome llevar por mi encendida fe de niño poeta y cristiano, expresaba mi enfado por no haber vivido en tiempos de Cristo. Hubiera querido verlo cuando era un bebé, en el pesebre, tal como lo vieron los magos y los pastores. Entonces, mi papá me respondía que, de hecho, yo era un contemporáneo de Cristo, al igual que todo cristiano. Y citaba las palabras de San Juan Crisóstomo: «No eres el único cristiano que lamenta no haber visto a Cristo. Hay muchos que dicen: “¡Cómo quisiera ver a Cristo, Su rostro, Sus rasgos, Su túnica, Sus sandalias...!”. Bien, lo podemos ver, tocar, comer... Porque el Cuerpo de Cristo ya no se nos muestra en un pesebre, sino en el altar... Ya no lo encontramos en las manos de una mujer... ¡Ahora es el sacerdote quien lo sostiene! Y no solo lo podemos ver, sino también tocar. ¡Y no sólo lo podemos tocar, sino que también lo podemos comer y llevárnoslo con nosotros!».

(Traducido de: Virgil Gheorghiu, Tatăl meu, preotul, care s-a urcat la cer, Editura Deisis, Sibiu, 2008, pp. 90-91)