Palabras de espiritualidad

Cada día es una invitación para empezar de nuevo

    • Foto: Bogdan Bulgariu

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Con la oración, nuestra fe se fortalecerá, nuestro corazón se emblandecerá y nuestro espíritu se hará mucho más humilde.

Si hemos pecado, ¡volvamos a Dios con una contrición sincera, arrepentidos de todo corazón! Si se nos concedió el arrepentimiento, es que tenemos al alcance practicarlo. Con la oración, nuestra fe se fortalecerá, nuestro corazón se emblandecerá y nuestro espíritu se hará más humilde.

Entonces, Dios nos dará el poder de la Gracia para romper cualquier vínculo con nuestras inclinaciones al pecado y así poder empezar de nuevo. Y sea que, según la promesa de San juan Crisóstomo, podamos esmerarnos en cumplir al menos esto: arrepentirnos profundamente y, con la ayuda de la Gracia, retomar el camino hacia la salvación de nuestra alma, día sí y día también.

Y Dios no nos abandonará, viendo que volvemos a Él con el corazón compungido, como hijos pecadores, pero fieles a Él. ¡Amén!

(Traducido de: Arhimandritul Serafim Alexiev, Viaţa duhovnicească a creştinului ortodox, traducere din limba bulgară de Valentin-Petre Lică, Editura Predania, București, 2010, p. 64)

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