Cada uno llega a Dios por un camino distinto
Cada uno, pues, debe hacerse su propio camino y andarlo desde un extremo hasta el otro, hasta encontrarse personalmente con Dios.
Es posible llegar a Dios por distintos medios. Algunas veces, el encuentro con Él es inesperado y espontáneo. Otras veces, después de atravesar un largo camino de dudas, desilusiones y confusiones. En ciertas situaciones, Dios “atrapa” a la persona, tomándola por sopresa. En otras, es el hombre quien encuentra a Dios, simplemente volviéndose hacia Él.
Esta conversión puede suceder a cualquier edad, sea en la infancia o en la adolescencia, sea en la edad adulta o en la vejez. No hay dos personas que hayan llegado a Dios por la misma vía. No hay un sólo camino ya trazado, para que uno pueda andarlo en el lugar de otro.
Cada uno, pues, debe hacerse su propio camino y andarlo desde un extremo hasta el otro, hasta encontrarse personalmente con Dios, a Quien clamamos: “Tú eres mi Dios, a Ti te busco” (Salmos 62,1). Dios es el mismo, siempre, para todos los hombres, aunque debe ser descubierto por cada persona, separadamente. Debo descubrirlo yo y hacerlo mio.
(Traducido de: Ilarian Alfeyev, Mitropolit de Volokolamsk, Taina credinței. Introducere în Teologia dogmatică ortodoxă, Editura Doxologia, p.26)