Palabras de espiritualidad

Cambiemos nuestra forma de ver el mundo, para ser verdaderamente libres

  • Foto: Ioana Zlotea

    Foto: Ioana Zlotea

La libertad es algo espiritual que se alcanza por medio de la virtud.  Así que bien puedes hallarte en prisión y ser completamente libre, porque nuestra libertad está en Dios.

Estudiemos más la Santa Escritura, porque en ella todo es salvador. Leamos más el Nuevo Testamento que el Antiguo Testamento, porque por medio suyo nos habla Cisto, Quien sustituyó la Ley antigua con una nueva, la Ley de la Gracia. Pero no renunciemos a los profetas, mucho menos a los Salmos, que son de una belleza extraordinaria. ¿Hay algo más bello que: “Los cielos hablan de la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de Sus manos”?  ¿O que: “Ten compasión de mí, oh Dios, por Tu misericordia, por Tu inmensa ternura borra mi iniquidad. Lávame de mi falta y purifícame de mi pecado”? ¿Hay algo más hermoso que este salmo de contrición? Toda la psicología humana se halla contenida aquí, en el Salmo 50. Este abarca todo lo profundo que hay en nuestro corazón. Es un salmo que nos lleva a lo más hondo de nuestro ser, ahí donde vemos que fuimos concebidos en pecado y que en iniquidad nos engendró nuestra madre.

Quisiera que todos entendiéramos esto y cambiáramos nuestra forma de pensar, de manera que se transforme también la perspectiva desde la cual miramos el mundo. Si guardamos la distancia que la Santa Escritura nos da ante el mundo, dejaremos de ser eclavos. La libertad no significa no ser el siervo de alguien o no hallarte en prisión. La libertad es algo espiritual que se alcanza por medio de la virtud.  Así que bien puedes hallarte en prisión y ser completamente libre, porque nuestra libertad está en Dios. Nuestra libertad está en la Iglesia, no en las instituciones del mundo. Nuestra libertad está en Jesucristo, y no en los soberanos de este mundo.

(Traducido de: Părintele Gheorghe CalciuCuvinte vii, ediție îngrijită la Mănăstirea Diaconești, Editura Bonifaciu, 2009, pp. 64-65)