Palabras de espiritualidad

Claro que podemos orar mientras trabajamos

  • Foto: Magda Buftea

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Cualquier instante puedes elevar tu mente y tu corazón a Dios, lo que constituye ya una oración verdadera. Si haces esto mientras trabajas, es que estás orando.

«Dices que tu oración se ha debilitado. Pero, puedes orar aún sin tener que postrarte de rodillas para ello. Cualquier instante puedes elevar tu mente y tu corazón a Dios, lo que constituye ya una oración verdadera. Si haces esto mientras trabajas, es que estás orando. Recuerda que a San Basilio el Grande le preguntaron cómo es que los apóstoles podían orar sin cesar, y él respondió: aún con todas sus ocupaciones, pensaban siempre en Dios y vivían abandonándose constantemente a Su voluntad. Ese estado de espíritu era su oración incesante. Este ejemplo es muy adecuado para ti. Me parece que en algún momento te dije que de las personas que tienen muchas actividades diarias por realizar, como tú, no se puede pedir lo mismo que de quienes no tienen mayor ocupación. Tu principal cuidado debe ser no permitir que surja algún sentimiento equivocado cuando trabajas y esforzarte, con todo lo que puedas, en dedicarle a Dios todo lo tuyo. Esta oblación transformará tu trabajo en una oración».

(Traducido de: Sf. Teofan Zăvorâtul, Rugăciunea, Ed. Egumenița, 2008, p. 70)