Cómo cuidar nuestro equilibrio espiritual
Subyuga tu cuerpo con el ayuno y la vigilia, y dedícate sin cesar a la salmodia y a la oración. Entonces vendrán a ti la santificación y la sabiduría, y te concederán el amor.
A la parte irascible del alma la dominamos con el amor, la parte anhelante la suavizamos con la templanza, y a la parte racional le damos alas con la oración. Así, la luz de la mente nunca se cegará.
Según la enseñanza ortodoxa, el alma está compuesta de tres partes:
- la parte psíquica (el sentimiento), cuyos pecados son el odio, la envidia y la falta de misericordia;
- la parte anhelante (la voluntad), cuyos pecados son la codicia, la gula y todos los deseos carnales;
- la parte racional (la mente), cuyos pecados son la incredulidad, la herejía, la blasfemia y el orgullo.
La salud del alma depende de la armonía, la relación y la función de estas tres partes.
Subyuga tu cuerpo con el ayuno y la vigilia, y dedícate sin cesar a la salmodia y a la oración. Entonces vendrán a ti la santificación y la sabiduría, y te concederán el amor.
No manches tu cuerpo con actos vergonzosos, ni profanes tu alma con pensamientos maliciosos. Solo así la paz de Dios vendrá a tu interior y te concederaá el amor.
(Traducido de: Glasul Sfinților Părinți, traducere de Părintele Victor Mihalache, Editura Egumenița, 2008, p. 301)