¿Cómo deberíamos interpretar las coincidencias, como simples hechos o como señales divinas?

—Depende de su significado. Sabemos que nada es casual, nada, absolutamente nada. Tampoco podemos pretender que Dios nos habla directamente, porque entonces estaríamos siendo orgullosos,.

¿Existe un destino predefinido para cada persona o lo decidimos nosotros?

—Dios nos conoce de antemano, no tiene predestinaciones... si las tuviera, no existiría el libre albedrío, es decir, la manifestación libre de la voluntad. Entonces, dejaríamos de ser responsables.

(Traducido de. Părintele Nicolae Tănase, Soțul ideal, soția ideală, Editura Anastasis, Sibiu, 2011, p.