¿Cómo debo proceder si siento un llamado de Dios?
No importa la medida y la forma en que se manifieste este llamado, nunca hay que dejarlo insatisfecho.
El llamado, esa profunda exhortación a dirigirte a Dios, tiene lugar, algunas veces, no por cierta necesidad, sino por el legítimo y ferviente anhelo de acercarte a Él. No importa la medida y la forma en que se manifieste este llamado, nunca hay que dejarlo insatisfecho, sino acudir inmediatamente a la oración, sea cual fuere el estado en que te encuentres; si estás trabajando, también puedes orar; si estás leyendo, también puedes ponerte a orar; si vas caminando, aun caminando puedes elevar tus oraciones.
Pero, desde luego, es mejor y más fructífero apartarte a un lugar más sosegado y orar de rodillas, si tienes la posibilidad de hacerlo. Y si sientes ese llamado justamente cuando estás orando, detente un poco y empieza nuevamente, esta vez de acuerdo a lo que te pida dicho llamado, con tus propias palabras o simplemente sin palabras.
(Traducido de: 1000 de întrebări și răspunsuri despre viața duhovnicească - Alcătuite pe baza operelor Sfinților Părinți și ale nevoitorilor bunei credințe, Editura Cartea Ortodoxă, p. 264)