Palabras de espiritualidad

¿Cómo dedicarle tiempo a la vida espiritual de nuestra familia?

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

El reto, en nuestra sociedad contemporánea, con una fuerte inclinación al materialismo, es simplificar nuestra vida, de manera que un padre pueda dedicarse completamente al bienestar de su familia, tanto material como espiritual.

Actualmente, la vida ha adquirido un ritmo demasiado rápido y estresante, tanto, que muchos dicen: “No me queda tiempo ni para orar. ¡Me siento tan cansado al llegar a casa!”. En lo que respecta a los niños, existe una tendencia terrible en nuestros días: ambos padres salen a trabajar. Este es un problema realmente serio. La única solución es establecer cuáles son tus prioridades. Para poder vivir equilibradamente, debes esforzarte en simplificar tu forma de vida. Primero, ¿es necesario que la madre trabaje también, dejando a los niños en casa? ¿Es una necesidad o el simple deseo de mejorar su situación económica?

San Paisos de Athos aconsejaba:

“Lo mejor es que sea la madre quien se ocupe de la crianza de los hijos. Una madre (si no trabaja a tiempo completo) tiene tiempo para hablarles a sus hijos de Cristo y leerles las vidas de los santos. Así, al mismo tiempo se estará ocupando de su formación espiritual, llenando su propia alma de luz. La vida espiritual de la madre ayudará, así, a las almas de sus pequeños. Con esto, los niños vivirán felices y ella tendrá, gozosa, a Cristo en su corazón. Si una mamá no tiene tiempo para decir, al menos, «Santo Dios...», ¿cómo puede esperar que sus hijos se santifiquen? ¿Acaso no puede orar mientras cumple con sus labores domésticas? A mí, mi madre me enseñó a repetir la Oración de Jesús. Cuando nos portábamos mal, recuerdo que mamá, en vez de reñirnos, decía: «Señor Jesucristo, ten piedad de mí, pecadora». Cuando ponía el pan en el horno, decía: «En el nombre del Señor Jesucristo y de la Virgen Maria». Lo mismo. al coser algo o al hacer algún otro trabajo en la casa: repetía permanentemente la Oración de Jesús. De esta forma era bendecida, al igual que el pan y lo demás que hacía, y quienes comíamos de ello posteriormente.”

Me pregunto si en nuestra sociedad actual nos damos cuenta de la importancia de la educación religiosa. Los Santos Padres nos dicen que el rol tradicional de la madres es muy importante. San Paisos también decía: “La devoción de la madre por su familia tiene una importancia especial. Si la madre es humilde y le teme a Dios, la vida familiar será una de paz y serenidad. El reto, en nuestra sociedad contemporánea, con una fuerte inclinación al materialismo, es simplificar nuestra vida, de manera que un padre pueda dedicarse completamente al bienestar de su familia, tanto material como espiritual. Recordemos que los niños aprenden observando. Ustedes, los padres, son el modelo que los niños asumirán para su vida. Actúen de tal forma que ese modelo sea lo más cercano posible a Dios.

Un buen amigo me contó una anécdota de sus primeros años de matrimonio. Los domingos solía quedarse en casa, mientras su esposa e hijos se iban a la iglesia. Le gustaba solazarse leyendo los diarios, en paz y soledad. Un día, su hijo menor le dijo a mamá: “¡Cómo quisiera ser mayor, como papá! ¡Qué dicha, poder levantarse tarde los domingos y quedarse leyendo los diarios en el sofá, en vez de ir a la iglesia!”, Mi amigo, al escuchar esto, se dio cuenta del enorme error que había estado cometiendo. Se dio cuenta del ejemplo negativo que ofrecía a sus propios hijos. Desde aquel día no volvió a faltar ningún domingo a la iglesia.