Palabras de espiritualidad

Cómo enfrentar las tentaciones de cada día

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

¡Lo que tenemos que hacer es enfrentar cualquier situación con buenos pensamientos!

Un día, un padre espiritual muy experimentado, conocido por su gran discernimiento, me contó lo siguiente: 

—En cierta ocasión, un conocido mío vino a verme. Su estado emocional y espiritual era realmente miserable. Me contó que había construido su casa en las afueras de la ciudad. Al poco tiempo, unas personas abrieron un estacionamiento público justo a un lado de su casa. Unos meses después, las autoridades de la ciudad empezaron a construir una autopista a menos de una cuadra de distancia. Y, para colmo, algún tiempo después, frente a la casa fue abierto un club nocturno. Parecía inevitable, pues, que aquel hombre perdiera la paz y no pudiera volver a dormir tranquilo.

—¿Qué puedo hacer, padre? —me preguntó—. ¿Tendría que hacerme otra casa? ¿Cómo?

En ese entonces tenía ya cinco hijos. Y no es fácil levantar otra casa así por así.

—¿Qué vamos a hacer, padre? ¡Ya no podemos vivir tranquilamente!

Tan grande se había tornado el problema para aquella familia, que todos, incluso los niños, tomaban calmantes para tranquilizarse y poder dormir en la noche.

 —Escucha, hijo. No estás enfrentando espiritualmente tu problema. Imaginemos que empieza una guerra y que yo te recomiendo que permanezcas en ese lugar, asegurándote que nada te va a pasar ni a ti ni a tu familia. Y supongamos que incluso te afirmo que, aunque salgas afuera, nadie te molestará jamás y ninguna bomba caerá sobre tu hogar. ¿Qué dirías? Probablemente pensarías que es la mayor bendición posible. Y dirías: “¡Qué bendición tan grande! ¡Bendito sea Dios! El mundo a mi alrededor está siendo destruido, pero a mí se me ha garantizado que no voy a morir”. Ciertamente, pensarías que no podrías recibir una bendición mayor. Bien, ahora lo que tienes que hacer es cultivar un buen pensamiento, pero sobre tu situación actual, diciendo: “¡Bendito sea Dios! Al menos no hay tanques ni vehículos blindados pasando cerca de mi casa… Hay tráfico, sí, pero se trata solamente de autos, simples autos, no convoyes militares. Es gente que va a trabajar. ¡No hay ninguna guerra! ¡Qué bendición tan grande! ¡Gracias, gracias Señor!”. Acostúmbrate a agradecer. Porque si no pensamos positivamente y no hay paz en nuestro interior, no es correcto engañarnos pensando que, si vamos a determinado lugar “tranquilo”, también nosotros tendremos paz. Incluso en el lugar más sosegado tendremos que hacer frente a las tentaciones, que nos rodearán como chacales, aullando al anochecer. De hecho, es posible que vengan chacales verdaderos a acecharnos. ¿Por qué? Porque siempre tendremos tentaciones. Piensa, por ejemplo, que en tu jardín hay varias plantas y árboles. ¿Qué harás si un día viene una nube de langostas a invadirlo? Las tentaciones nos engañan, porque nos incitan a tomar un palo para azotar las langostas, o un puñado de piedras, para ahuyentar a los chacales. ¡Pero lo que tenemos que hacer es enfrentar cualquier situación con buenos pensamientos!

(Traducido de: Arhimandritul Ioannikios, Patericul atonit, traducere de Anca Dobrin și Maria Ciobanu, Editura Bunavestire, Bacău, 2000, pp. 181-182)